sábado, 22 de marzo de 2014

Rutina del cumplidor obsesivo

Y cuando el tibio formalismo
del qué tal como estás? solo
cae a plomo
y cae como un roce tan denso tan denso
que se ahoga el ruido
al incrustarse
y cansado, cansado
es la voluta que se escapa,
fémur quebrado o llantito de perro
indigente,
     pero no cansado de cansado
sino cansado de sin fuerzas
cuando quiere decir ganas
y el ojo aterido de mirar
por mirar casi sin ver.

Tan solo pido diez minutos para
cagar en paz, si eso
luego masturbarme
sin mucha prisa,
tal que si después no tuviera
que hacer nada.
  24/7 correr
para tomar notas y sostener frentes
colear como un pez en el barro
y luego unas horas
-o siglos o minutos qué se yo-
de reposo hasta que
al alba canta el móvil
y canta (emocionado!)
y gime (estremecido!)
pues que me recompongo
a crujidos (solventes)
para buscar de nuevo
la cuadratura del círculo.
Luis Fuente

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