miércoles, 26 de marzo de 2014

(En tanto no recojas sino lo que tú mismo arrojaste)

En tanto no recojas sino lo que tú mismo arrojaste,
todo será no más que destreza y botín sin importancia;
solo cuando de pronto te vuelvas cazador del balón
que te lanzó una compañera eterna,
a tu mitad, en impulso
exactamente conocido, en uno de esos arcos
de la gran arquitectura del puente de Dios:
sólo entonces será el saber-coger un poder,
no tuyo, de un mundo.

R. M. Rilke

No hay comentarios:

Publicar un comentario