viernes, 29 de junio de 2012

Horologium pulvereum, tumulus Alcippi

Perspicuo in vitro pulvis, qui dividit horas,
Dum vagus angustum saepe recurrit iter:
Olim erat Alcippus, qui Gallae ut vidit ocellos,
Arsit; er est caeco factus ab igne cinis.
Irrequiete cinis, miseros testabere amantes More tuo nulla posse quiete frui.

Traducción:

El polvo andante, que señala las horas
al correr y recorrer su angosta senda en el vidrio diáfano,
fue antes Alcipo, que, apenas vio los ojitos de Gala,
ardió, y la ciega llama le volvió ceniza.
Ceniza desasosegada, darás fe a los desdichados amantes
que por tu voluntad nunca podrán gozar de reposo.
Hierónimo Amalteo

jueves, 28 de junio de 2012

Cuánta magia

En la mesa de un café
por alguna calle del otoño
te esperaba.

Pasaste,
y en ese encuentro fugaz,
se detuvieron todas las hojas que caían.
Rocío Wittib

miércoles, 27 de junio de 2012

Y también

Vivir acuclillada. Las rodillas
pegadas al mentón:

por intensos que sean,
los rayos de sol
no regeneran a los muertos.
Chantal Maillard

martes, 26 de junio de 2012

Homero

No me perderé 

no me perderá,

encima de mi nariz
la sabana colapsa.

Cuando no pensaba ni sabía del mundo 

los pecados tenían forma de pastel
y los colores se derretían sobre las moscas;

y ahora paseo lleno de nostalgia
por una calle llena de cuerdas;

algunas ni siquiera saben lo que sostienen
otras son capaces de atravesar el cuello
o las espinillas
con una caricia parecida a un reproche.

Estúpido papel secante,

¿darte la mano o robarte la cartera?

me has dejado toda la tarde esperando
sentado
en una mecedora sin raíces.
La vida mastica,

la vida persigue,

la vida somete...

Con qué facilidad se quitan las ganas de hacer cosas,

con qué dificultad se sostienen las esquinas
cuando no hay permisos que quebrar,

(sin punto de apoyo)

cuánto me costó entender
que debo bailar sobre las mesas
y no sobre los paraguas,

cuántas clases de geometría desperdiciadas,

cuántas lecciones de física perdidas
cuando nos escondíamos en los servicios
y nos tocábamos los ombligos
y enrojecían nuestras orejas.

Soy un cojo orgulloso,

si no voy a caminar contigo
prefiero quedarme en casa durmiendo,

no por miedo a las astillas,

sino porque de algún modo
consigues hacerme olvidar
que llevo 32 años cansado.

La vida retuerce,

la vida,
la ida,

la vuelta sin vuelta,

todo lo que nos permitimos olvidar 

acabará por separarnos del resto;

llámalo "lujo"

llámalo "castigo",

qué más da, la vida...

la vida no rima con nada
ahí está la gracia.
Vicente Drü

domingo, 24 de junio de 2012

No te pido nada complicado

Ámame terriblemente.
Inyéctame en vena toda tu violencia poética,
arráncame la ropa y fóllame con descaro,
sin compasión ni remilgos,
sin pereza,
que las magulladuras duren para dar celos a otros,
y bésame después solo un poco,
que se me pegue la miel en los labios.
Róbame un cigarrillo
y lárgate antes de que te eche
para que pueda intentar echarte de menos.
Suplícame una noche más
aunque en el fondo no te importe,
hazme reír hasta que duela
y dime piropos de mentira.
Cántame canciones feas,
escríbeme poemas largos
y besa a otras cuando yo te vea.
Sacúdeme del cráneo la idea de amor romántico,
regálame un amor absurdo y esporádico, sucio,
sin planes ni promesas,
sin privatizaciones ni restaurantes,
sin boleros ni ataduras.
No me llames,
no me escribas,
no me busques,
que prefiero encontrarte yo cuando me pierda
antes que llegar a perderme
si algún día no me encuentras
Mamen Conde

sábado, 23 de junio de 2012

Once de septiembre

El once de septiembre de dos mil uno
mientras las Torres Gemelas caían,
yo estaba haciendo el amor.
El once de septiempre del año dos mil uno
a las tres de la tarde, hora de España,
un avión se estrellaba en Nueva York,
y yo gozaba haciendo el amor.
Los agoreros hablaban del fin de una civilización
pero yo hacía el amor.
Los apocalípticos pronosticaban la guerra santa,
pero yo fornicaba hasta morir
-si hay que morir, que sea de exaltación-.
El once de septiembre del año dos mil uno
un segundo avión se precipitó sobre Nueva York
en el momento justo en que yo caía sobre ti
como un cuerpo lanzado desde el espacio
me precipitaba sobre tus nalgas
nadaba entre tus zumos
aterrizaba en tus entrañas
y vísceras cualesquiera.
Y mientras otro avión volaba sobre Washington
con propósitos siniestros
yo hacía el amor en tierra
-cuatro de la tarde, hora de España-
devoraba tus pechos tu pubis tus flancos
hurí que la vida me ha concedido
sin necesidad de matar a nadie.
Nos amábamos tierna apasionadamente
en el Edén de la cama
-territorio sin banderas, sin fronteras,
sin límites, geografía de sueños,
isla robada a la cotidianidad, a los mapas
al patriarcado y a los derechos hereditarios-
sin escuchar la radio
ni el televisor
sin oír a los vecinos
escuchando sólo nuestros ayes
pero habíamos olvidado apagar el móvil
ese apéndice ortopédico.
Cuando sonó
alguien me dijo: Nueva York se cae
ha comenzado la guerra santa
y yo, babeante de tus zumos interiores
no le hice el menor caso,
desconecté el móvil
miles de muertos, alcancé a oír,
pero yo estaba bien viva,
muy viva fornicando.
<<¿Qué ha sido?>>, preguntaste,
los senos colgando como ubres hinchadas.
<<Creo que Nueva York se hunde>>, murmuré,
comiéndome tu lóbulo derecho.
<<Es una pena>>, contestaste
mientras me chupabas succionabas
mis labios inferiores.
Y no encendimos el televisor
ni la radio el resto del día,
de modo que no tndremos nada que contar
a nuestros descendientes
cuando nos pregunten
qué estábamos haciendo
el once de septiembre del año dos mil uno,
cuando las Torres Gemelas se derrumbaron sobre Nueva York.

Cristina Peri Rossi

viernes, 22 de junio de 2012

Dentro y fuera


Fuera y dentro
Fuera y dentro

pastando en la estela que dejó el maestro
la linea divisoria que sujeta el tiempo
cruzar sin levantar la vista del suelo
tragar ideas que se enquistan podridas
en costras que pueblan rostros macilentos
¿has tratado de alcanzar la lucidez en tus sueños?

dentro y fuera
dentro y fuera

seguros en nuestro mundo de lineas
danzamos idiotas entre falsos pilares
que son exactamente iguales
a los de nuestra tinta

en la nada
olvidamos
todo está por construir
el tiempo no existe sobre planos
y aquí no necesitamos raiz
somos baobabs que caminan
por los desiertos de arena de Morfeo
Delirio nos espera bebiendo absenta
y los siete colores vertidos sobre su pelo

Recordemos, esto es un cruce de caminos
donde viven aullando los siete locos
que atracan bancos sin tener ni puta idea
condenados a sonrisas de fracasos

peregrinan descalzos al Cristo
vendemos droga sin corte en las esquinas
al menos
dicen por ahí
son chicos que sin hablar de caminar, caminan


el problema de los sueños es
no saber que estas soñando

ese imbécil que no despierta
y cree vivir en su cuaderno
atrapado entre ideas que no le son propias
pues tienen su propio vuelo
vive lejos de las fronteras
que marcan la diferencia entre...

fuera y dentro
fuera y dentro

parcheemos la realidad con frases bonitas
papel maché traslucido
si quiere, lo hay de colores

mientras
la verdad en la palabra vive atada
a las huellas que dejas en la realidad
son tus actos los que hablan
y no tu hada
necio si limpias tu conciencia
hablando de quebrar la realidad
con versos podridos que repiten
las mil y una noches hasta la saciedad

¡Nuestro tambor eleva el canto de guerra!
Y vibraciones asonantes pretenden
socavar grano a grano tus fronteras
siendo en el papel un nazi
de raído uniforme que resucita
con cantos alemanes y sangre de vudú
trescientos negros que gritan:

“¡SIEG HAIL madafakas!”

el mayor regalo para el poeta
descubrir
que el infinito y la lucidez
se combinan en su elemento
si están sobre el papel

lo dejamos clarito:

fuera hablarán tus actos
tus palabras
no valen una mierda

                                 

Amacaballo Fat

jueves, 21 de junio de 2012

¿Qué tal...

...Como epitafio:

-Claro!
"Querid@s bisnietos:
-Cuando encendais un canelo,
Acurdáos der bisabuelo.!"

Qué planten sobre mi cuerpo
Grandes plantas que den flores
Flores para todo aquel que quiera
Recordarme en sus olores.

Qué se nutriera de mi,
 así como yo lo he hecho de ella,
                                          La Tierra.,
cenizas de THC,
todo un bosque de coníferas brotará,
nacerá,
de uno de mis pulmones.
(Que el otro había salido a pasear)
-¿Quién quisiera pasear con el frio de mayo en el cuerpo?
¿Un frio redundante,reduznante mejor dicho?
¿Un pulmón aspiradora?
¿Una aspiradora gruñona/valiente?
¿Una miga de una tostada valiente?
¿De una valiente tostada?
¿Mermelada Amarga?
¿Un desodorante bucal para toda la aMarga vida?

PalurdismoPalurdismoPALURDISMO!
Lloriqueos pataletas absentismos!
Evasiones de la gente a gran escala.
Evasiones que desechan
tiempo como cáscaras de pipas.
Leer-Visionar-Comer-follar
          Sin ganas
Oir-Sentirse-.Deescomponerse-Orinar
Vegetar en una salita
Ser un encefalograma plano.
Ser un electroencefalograma con curvas
Electroencefalograficamente atractivo, erotico, pornografico.

Vegetar con otras verduras.
En parques, bibliotecas, conciertazos.
En hospitales, en museos, en el mercado
Flora flora y FLORA
Vegetar por vegetar
Oler a hierba cortada
sin perder un sólo pétalo verde.
Vegetar hasta agotar el aire.
Vegetar bajo un sol que permitiera
una fotosintesis constante.
Y vegetar así, simplemente
como con un murmullo fluvial
Esponjosamente
como una simpatica nube
y
TÁN DESMEMORIADAMENTE.
MVB

miércoles, 20 de junio de 2012

Madrid

Madrid,
tan libre,
tan brillante en la noche.
El neón de la entrada,
esos caprichos, que no derroches
tan tuyos como ese presente
ahogado en un futuro.
Tus ausentes juegos,
tus amarillos resplandores en la calle,
Me atrapas y yo soy reincidente,
adicto a este fruto
gigantesco y maldito diamante en bruto.
La puta de mi baile
te quiero sucia y pervertida,
quiero tu dama de día y zorra de noche
tu chulería al chotis y señorío en coche.
Te quiero dar mi vida para que la uses de molde.

martes, 19 de junio de 2012

Sobre verdad y mentira en un sentido extramoral

    En algún apartado rincón del universo, desperdigado de innumerables y centelleantes sistemas solares, hubo una vez un astro en el que animales astutos inventaron el conocer. Fue el minuto más soberbio y más falaz de la Historia Universal, pero, a fin de cuentas, sólo un minuto. Tras un par de respiraciones de la naturaleza, el astro se entumeció y los animales astutos tuvieron que perecer. Alguien podría inventar una fábula como ésta y, sin embargo, no habría ilustrado suficientemente, cuán lamentable y sombrío, cuán estéril y arbitrario es el aspecto que tiene el intelecto humano dentro de la naturaleza; hubo eternidades en las que no existió, cuando de nuevo se acabe todo para él, no habrá sucedido nada. Porque no hay para ese intelecto ninguna misión ulterior que conduzca más allá de la vida humana. No es sino humano, y solamente su poseedor y creador lo toma tan patéticamente como si en él girasen los goznes del mundo. Pero si pudiéramos entendernos con un mosquito, llegaríamos a saber, que también él navega por el aire con ese mismo pathos y se siente el centro volante de este mundo. Nada hay en la naturaleza tan despreciable e insignificante que, con un mínimo soplo de aquel poder del conocimiento, no se hinche inmediatamente como un odre; y del mismo modo que cualquier mozo de cuadra quiere tener sus admiradores, el más orgulloso de los hombres, el filósofo, quiere que desde todas partes, los ojos del universo tengan telescópicamente puesta su mirada sobre sus acciones y pensamientos.


[...]
Friedrich Nietzsche

lunes, 18 de junio de 2012

El escupitajo en la escudilla

     Estoy lejos de querer significar algo. Escribo porque sí, no puedo dejar de hacerlo. Escritura de nadie y de nada, adiós, quiero decir hasta mañana a la misma hora, frente a esta espantosa máquina de escribir, poesía, será el acoplamiento carcelario entre tú y yo: seres hasta de cuyo sexo se puede dudar, me incrusto en mi rincón a esperar el deseo.
      Los poetas somos mendigos, alguien lo dijo en el temor de parecerlo. Otro habló alguna vez de los dolores y del costo de la forma (ningún nombre importa, esas frases como pavos reales son, por lo general, de importación francesa).
      Peor que mendigos. Nos reducimos a la mendicidad, o será que sólo yo he tomado en serio este oficio. Bien pensado, veo a otros miembros de la cofradía -jamás una comunicación nunca un saludo de cumpleaños, ni la menor señal de vida en común, ni un escupitajo en mi escudilla- ocupar altos cargos o, en su defecto, abrirse de brazos y de piernas a escala nacional, continental o mundial. Mientras yo, a fuerza de desvivirme, quizás llegue, pero nadie me lo asegura, a sacar de pronto, en lugar de la lengua, la palabra lengua.


     Al infeliz se le siguen los pasos como bromeando, eso nunca se sabe. Él carece, por completo, de sentido del humor. Respondería con insultos a una mirada de falsa complicidad, con horrores a un juego. Su camino es el de la cuerda floja, pero siempre ha sido prudente: transita con pie de plomo entre uno y otro extremo de la noche. No zigzaguea, porque está borracho. Camina lento pero seguro de regreso a su masturbatorio.
      Preferiría que no lo putearan, lo eriza este exceso de familiaridad. Tendría que dar un golpe de autoridad para restablecer la distancia que nadie traspasa como no sea para jorobarlo. En caso contrario, huir.
      Nadie. Que le vengan a hablar de la incomunicabilidad a lo Antonioni, esas son bolitas de dulce, con gente espléndida, para romperla aquí y allá, y mujeres de película. Comme il faut. Que alguien se ponga en su pellejo: un escupitajo en su escudilla. Él es un fraile, él es un fraile. Dondequiera que vaya allá estarán el gran desierto, las Tentaciones. Nunca seres de carne y hueso a los cuales estrecharse en los momentos cruciales: eyaculación, ternura, muerte; nada más que fantasmas obscenos o los ausentes que le duelen o el mundo entero dejándolo pasar como si fuera un intocable.


     De toda la injusticia de la que soy capaz para salir al rescate de lo que queda de mí a tanta distancia del mundo, un resto entre otros. Objeto para los demás de uso efímero. Sujeto a todos los vértigos, a todas las náuseas, a todas las desgarraduras del sujeto. Sujeto a la antigua: educación religiosa, amor y odio a la familia, miedo a la vida, ideas fijas, obsesiones, alucinaciones. No es raro que haya elegido esta profesión, escribiente. Bajo el peso del mundo me desgrano, así parezco soportarlo mejor. Me escribo con minúscula, a reglón seguido, cada palabra es un obstáculo, etc. Casi todo lo que soy está por hacer. La vejez pudo sorprenderme en la cuna. Y no nací, como Lao Tsé, a los ochenta años.
      Digo: no basta con que no se me tienda un cierto número de manos. Yo lo habría de seado todo. ¿Nadie me lo agradecerá? ¡Sólo que -individuos de mi especie-! el derecho a la inutilidad ha cambiado de precio. Si pudiéramos darnos el lujo de extinguirnos. La Historia, en cambio, nos economiza. Para los gastos menudos. Al nivel de los restos.

     Piénsese también en la discriminación de los feos, de los débiles, de los impotentes. Sé que grandes problemas tienen al mundo ocupado como a una letrina. Lo harán estallar, la mierda llegará al cielo, y no me obstino. Esta no es más que una acotación en sordina, una mera idea que da su paseíto nocturno, despavorido, entre uno y otro basural. Hay cabezas como ésta. Deshabitadas y, en ellas, cierto tipo de pájaros, cucarachas, seres no tan despreciables como para no dar, por así decirlo, fe de la vida.
     Y de una miseria innominada. El poeta es su intérprete. Al menos si lo ha cogido la noche en su abandono esencial. Digo poeta porque la palabra me suena a cosa vieja y gastada, casi como un insulto. Con esta trompeta rota nada puede anunciarse, ningún juicio. Servirá, a lo sumo, para descargar los pecados de un testigo de Jehová: la obscenidad del alma. El poeta hablará de los animales que no figuran, por pudor de la belleza, en la leyenda de Orfeo. Y ellos, lejos de escucharlo, anidarán en él, serán parte de su obscenidad de su alma de su trompeta. Todo es intolerable.

     Te escribo, te escribo. No logro que ni una sola palabra se te parezca en lo más mínimo. Y para ponerte aquí, por tu nombre tendría que sacar fuerzas de todas mis flaquezas, prepararme para lo peor que una palabra puede hacernos. No puedo decir que no te halla abandonado. Tendría que gemir, en realidad, en ningún huerto de los olivos como no fuera el huerto de la casa de los olivos, los olivos es la calle del manicomio.
      A un año de distancia ¿qué he ganado con ello fuera de perfeccionarme en la culpabilidad? Ya tendrás una idea muy clara de lo que significa esta clase de talento cuando se cultiva a escala mundial: algún día bajaré los ojos en señal de abyección. Todas mis justificaciones no son más que otros tantos argumentos en mi contra. Ya me lo dijo un amigo de paso en una maldita esquina del boulevard Saint Michel. Le pareció que una lagartija me recorría el cuerpo. Era mi mala conciencia. Sumarle ahora el muro de los lamentos es algo rayano en la obscenidad. Es lo que hago.

Enrique Lihn

domingo, 17 de junio de 2012

Síndrome de abstinencia

Ojalá no haberme cruzado con tus cálidos ojos
peor haber atravesado tu halo hormonal y mortal haber probado tus labios venenosos.

Ahora me arde todo
mi garganta son alambradas
mis pulmones comprimidos
mis piernas flaquean y tiemblan
mi corazón esta hecho un muñeco de vudú.

Ahora sindrome de abstinencia.

¿¡Quién ha echado arsénico en mis cereales!?
¿¡Dónde está ahora el niño rico!?
ya no diferencio los colores...

Ahora síndrome de abstinencia

Ojalá mis ojos no te hubieran seguido
peor haberte olido
y mortal haberme compartido.

Ahora recuerdo y agonizo, recuerdo y agonizo, recuerdo y agonizo.

Migotorno

sábado, 16 de junio de 2012

Okupa

voy a entrar a la casa por atrás
voy a hacerme ínfima como una mosca
para entrar por la cerradura
blanda como un molusco para pasar
entre los ladrillos de las paredes
o voy a ser tan gorda que la casa
va a caber adentro mío entre
mis dos enormes tetas
voy a entrar a la casa por la fuerza
como una okupa –voy a saber gritarle a la policía
en la cara
voy a morirme de un tiro en la cabeza
cuando nos vengan a desalojar
pero te juro por mi abuela muerta
en un hospital de paredes descascaradas
que no voy a venderles el alma
para que me den la puta denigrante combinación
del candado con que tienen controlada
la maldita puerta
Sol Fantín

viernes, 15 de junio de 2012

Infusiones

Brindemos y matemos por los e;bés que beben mate.

¿Cómo empezar a poetizar a personas impoetizables? ¿cómo extraer las letras de los poros de sus pieles?

El mate los ahoga, bucean en su mate, ríen, dicen palabras, luego hablan, bebiendo siempre su mate.

El mate los enloquece, los hace invisibles, impredecibles, Bárbaros, absurdos, surrealistas, coherentes.

El mate aúna su indiscutible colectividad en El Individuo. Viva Perón.

Riman sus voces, beben su mate, matan sus cuerpos, beben su mate, el elixir de la Barbarie, beben su mate, versan la vida, pero siempre beben su mate.

Como si de un ritual se tratara se pasan solemnemente el mate de la paz. Es necesario, pues al fin y al cabo, mate no deja de ser el imperativo del verbo matar.

jueves, 14 de junio de 2012

Yo soy Ícaro

Tengo las alas quemadas,
chamuscadas de esperanza.
Guardo los ojos aún vivos
y el pecho es mi faro entonces.
Los ojos no me mostraron
la inmensidad de mi "yo".
Yo no era yo, ni nosotros,
y a la vez yo, tú, ellas y todas.
¡Ah, era por eso!
Por eso mis alas son enormes
y tienen tantos colores.
Mi nuevo "yo" es la identidad,
que individual y colectiva
vibra de puro viva
y vuelve hasta el sol a volar.
Y a caer y a volar y a caer y a volver.
Y en cada viaje alcanzo,
lazo a lazo, yarda a yarda,
un poco más de libertad.

miércoles, 13 de junio de 2012

Buscando

Alimento el deseo de la búsqueda infinita
sabiendo que te marchas, que te vas
 (que ya has partido
en dos tu corazón entre quedarte y dar el salto).
Julio Achútegui

martes, 12 de junio de 2012

Apología y petición

¿Y qué decir de nuestra madre España,
este país de todos los demonios
en donde el mal gobierno, la pobreza
no son, sin más, pobreza y mal gobierno,
sino un estado místico del hombre,
la absolución final de nuestra historia?

De todas las historias de la Historia
la más triste sin duda es la de España
porque termina mal. Como si el hombre,
harto ya de luchar con sus demonios,
decidiese encargarles el gobierno
y la administración de su pobreza.

Nuestra famosa inmemorial pobreza
cuyo origen se pierde en las historias
que dicen que no es culpa del gobierno,
sino terrible maldición de España,
triste precio pagado a los demonios
con hambre y con trabajo de sus hombres.

A menudo he pensado en esos hombres,
a menudo he pensado en la pobreza
de este país de todos los demonios.
Y a menudo he pensado en otra historia
distinta y menos simple, en otra España
en donde sí que importa un mal gobierno.

Quiero creer que nuestro mal gobierno
es un vulgar negocio de los hombres
y no una metafísica, que España
puede y debe salir de la pobreza,
que es tiempo aún para cambiar su historia
antes que se la lleven los demonios.

Quiero creer que no hay tales demonios.
Son hombres los que pagan al gobierno,
los empresarios de la falsa historia.
Son ellos quienes han vendido al hombre,
los que le han vertido a la pobreza
y secuestrado la salud de España.

Pido que España expulse a esos demonios.
Que la pobreza suba hasta el gobierno.
Que sea el hombre el dueño de su historia.
Jaime Gil de Biedma

lunes, 11 de junio de 2012

Padre

"Padre, te quiero,
pero, ¿cómo puedo darte las gracias, yo, que tampoco sé tolerar el alcohol
y que ni siquiera conozco los sitios donde se pesca?"
Raymond Carver

Y qué importa el divorcio, todo el tiempo,
las cenas los domingos por la noche
cuando los dos nos callamos y no
sabemos qué decirnos, cuando compar
timos ese silencio genético
que nos hace ser lo mismo en la historia.

Y qué importa la vida si me gusta tener
tu nariz, tu cabeza, tus bocetos
en la cara, aunque a veces
el dinero nos suponga un límite
para comprar los libros que nos gustan,
aunque ya no fumes y yo fume
mientras bebemos juntos en las terrazas.

Qué nos importa la confianza de otros
padres e hijos. Qué. Porque lo
que no me gusta es verte serio, triste
porque la economía de este tiempo
no es la mejor que habías pensado; can
sado de trabajar, de los números,
de la derecha que se va comiendo
el país de tu padre y de tu madre.

No te puedes caer, porque me va
a costar levantar un pilar de mi vida.

No te arrepientas. Ahora, con tus
cincuenta años eres más joven que nunca.

Sé fuerte, tú, porque eres mi principio.
Sesi García

domingo, 10 de junio de 2012

Muerte natural

Me estoy muriendo mordí el anzuelo, caí en las trampas
estúpidamente, y ahora me contradigo con facilidad,
me extravío, me pierdo, y con la luz de un lamparín
cruzo puentes rústicos donde nadie me espera,
donde no hay lugar preciso para mi cara que ya dejó
de ser columpio o lecho de fresas.
Me estoy muriendo, mordí el anzuelo, caí en las trampas
al tratar de entender lo que pasaba
al tratar de medir el alcance del engaño, la crueldad servida,
masivamente, matanzas que desbordaron los océanos
en montañas de cuerdos ofrendado como un sacrificio, como un rito
del que nunca participé, cuando nuestra inquietud
era otra o consistía en entender, si esas sombras dispuestas
al alba, eran para ser besadas, o simplemente para
observar su evolución en la forma cimbreante y espectacular
del relámpago.
Y todas fueron trampas a la larga mortales para nosotros,
sobre todo al tratar de explicarnos las siglas
que se multiplicaban como abanicos, como colas de pavo real.
Jorge Pimentel

sábado, 9 de junio de 2012

Reclama tu soberanía

A flor de labio la barba.
A barba la flor de labio.
A labio de barba la flor.
A flor el labio de barba.
A barba de flor el labio.
A labio la barba en flor.

Que cada vez que te muevas
Tiemble el universo, eso.
Quiero que escribáis los himnos
Desconocidos de las almas.

Dios de los bufones cuida
de nosotros que a diario haces
el humor a la diosa beso.
A labio la barba en flor.

Por mi parte echaré de menos
Todo esto eso eso esto todo.
Por mi parte que es la vuestra
Os invito al alto gozo.

Los placeres de alta gama,
La escritura de las leyes,
El gobierno de los mundos,
Las coronas de los reyes.

Son para vosotros, vuestras.

Que cada vez que te muevas
Tiemble el universo, eso.
Quiero que escribáis los himnos
Desconocidos de las almas.

Mi legado es el vuestro.
Tu legado es el nuestro.
Nuestro vuestro legado.
Mí tu mí mí es tu legado.

Por mi parte yo os conmino
A frecuentar los barrancos,
Alentar amapolas blancas,
Aprender, montar en zancos.

Prender la mala miseria
Socorrer los caídos, aux-
Iliar menesterosos, re-
Mediar los presos, alzar

Los caidos, hundir a los o-
Bispos de la deuda y sus
Vasallos, no rendiremos
Vasallaje lo juro por

Cesar Vallejo, los tribu-
Tos sacros serán la mone-
Da se llamará, ah, amor.
Tribu tribunal del amor.

Que cada vez que te muevas
Tiemble el universo, eso.
Quiero que escribáis los himnos
Desconocidos de las almas.

Por mi parte echaré de menos
Todo esto eso eso esto todo.
Por mi parte que es la vuestra
Os invito al alto gozo.

Los placeres de alta gama,
La escritura de las leyes,
El gobierno de los mundos,
Las coronas de los reyes.

Son para vosotros, vuestras.

Dios de los bufones cuida
de nosotros que a diario haces
el humor a la diosa beso.
A labio la barba en flor.
Anónino

viernes, 8 de junio de 2012

(soy un punto creado por el cruce)

soy un punto creado por el cruce
del vuelo horizontal como miga y el vuelo
vertical como guano soy un punto
que sueña con el punto que el hondero lanzó
expulsado por él el expulsado

Jesús Aguado

jueves, 7 de junio de 2012

miércoles, 6 de junio de 2012

El sueño perdurable

       Y después vino la sombra, la ceguera, de una manera súbita, orgánica, natural. Ella seguía mirando del mismo modo, pero con un esfuerzo más táctil, moroso y adherente. Podía advertirse la lenta disyunción de la mirada ciega y la mirada viva; podía advertirse que el ojo izquierdo, el dañado, había perdido viveza y obedecía, retrasándose un poco, cualquier cambio de dirección de la mirada. Veía sólo la luz, pero muy cerca, casi contigua al ojo; veía sólo la luz, que se le hacía presente por el dolor que le causaba. No es la noche, es la sombra, repetía. Y fue su propia debilidad, su consunción vital quien la cegó. Se le fue desuniendo poco a poco la mirada en los ojos. Se le fueron haciendo diferentes, como cambia la transparencia y aun el color del agua cuando transcurre sobre lecho de yerba o sobre piedra dura. No eran iguales ya. Siempre esperábamos nosotros que el nuevo día le restaurase la visión. Tal vez los ojos lloran porque ven. Seguía cosiendo difícilmente, de una manera lenta, voluntariosa, oracional. El aire en torno a ella tenía calor de absolución. Recuerdo la dulzura, la alegría recogida, la gracia triste con que intentaba consolarnos: No os apuréis. Ya conozco a mis Santos y conozco a mis hijos: mi Antoñico, mi San Rafael, mi Santa Lucía. Y únicamente dejaba la labor al levantar la mano, de cuando en cuando, y apoyarla sobre la frente y la mejilla para evitar aquel contacto doloroso e inútil de la pupila ciega con la luz.

Luis Rosales

martes, 5 de junio de 2012

(Que el silencio oxide los tornillos)

Que el silencio oxide los tornillos de las máquinas dormidas.
Que la mancha de la ausencia dibuje un mapa en la moqueta
                              de las oficinas deshabitadas,
que ninguna mano baile al ritmo de las teclas de un ordenador.
Que los autobuses, los trenes y los aviones no sean más que estatuas
                             de barro en el palacio de la nada.
Que el viento se cuele entre las mesas de las aulas
 / de facultades, escuelas, institutos /
                              y las azote con su frío.
Que las llaves no besen las cerraduras de los comercios.
Que el abrazo de los candados no sea interrumpido, ni roto.
Que el pan se haga piedra, roca, olvido.

Que la única luz que se encienda sea la del filamento de la voz
                              de los que luchan.

Que la dignidad se haga tormenta y moje hacia arriba
                              aunque el agua caiga hacia abajo.

Que los que privatizaron las nubes, ocultándonos el cielo,
sientan la puñalada del miedo que cada día nos clavan en la piel.

Que los que robaron el azul a nuestro futuro tiemblen. Tiemblen y tiemblen.

Que el título de este poema no sea Ojalá.
Gonzalo Benito

lunes, 4 de junio de 2012

Genealogía

a José Pedro Bellan

I

Hubo una vez en el espacio una línea horizontal infinita. Por ella se paseaba una circunferencia de derecha a izquierda. Parecía como que cada punto de la circunferencia fuera coincidiendo con cada punto de la línea horizontal. La circunferencia caminaba tranquila, lentamente e indiferentemente. Pero no siempre caminaba. De pronto se paraba: pasaban unos instantes. Después giraba lentamente sobre uno de sus puntos. Tan pronto la veía de frente como de perfil. Pero todo esto no era brusco, sus movimientos eran reposados. Cuando quedaba de perfil se detenía otros instantes y yo no veía más que una perpendicular. Después comenzaba a ver dos líneas curvas convexas juntas en los extremos y cada vez las líneas eran más curvas hasta que llegaban a ser la circunferencia de frente. Y así, en este ritmo, se paseaba la joven circunferencia.


II

Pero una vez la circunferencia violentó su ritmo. Se detuvo más tiempo que de costumbre: quedó parada con el perfil hacia mí y el frente hacia la línea infinita. Parecía observar en el sentido opuesto de su camino. Pasó mucho tiempo sin ver nada a lo largo de la línea infinita. Pero la intuición de la circunferencia no erró: de pronto, con otro ritmo violento, de andar brusco, de lados grandes, se acercaba un vigoroso triángulo. La circunferencia giró sobre uno de sus puntos y los demás volvieron a coincidir con los de la horizontal en el mismo sentido de antes.


III

Pero el ritmo de la circunferencia fue distinto al de antes: no era indiferente ni tan lento. Poco a poco iba tomando la forma de una elipse y su ritmo era de una gracia ondulada. Tan pronto era suavemente más alta o suavemente más baja. El vigoroso triángulo se precipitaba regularmente violento. Pero su velocidad no prometía alcanzar a la elipse. Sin embargo la elipse se detuvo un poco hasta que el precipitado triángulo estuvo cerca. Esa misma corta distancia los separó mucho tiempo y nada había cambiado hasta que el triángulo consideró muy bruscos sus pasos: prefirió la compensación de que fueran más numerosos y más cortos y se volvió un moderado pentágono.


IV

Ahora, hecho un pentágono era más refinado, menos brusco, pero no más veloz, ni menos torturado de problemas. Su marcha era regular a pesar de la contradicción de sus deseos: ser desigual, desproporcionados sus pasos, arrítmico. Y pensó y pensó durante mucho tiempo sin dejar de marchar tras la suave serenidad de la elipse. La elipse no se cambió más, además era sin problemas, espontáneamente regular y continuada. Y todo esto parecía excitar más al pentágono que de pronto resolvió el último problema volviéndose un alegre cuadrilátero.


V

Pero una vez, la elipse rompió la inercia de su ritmo. Hasta en este trance fue serena. A pesar de la velocidad y de la brusca detención hizo que sus curvas suavizaran esta última determinación. El cuadrilátero no fue tan dueño de sí mismo. No pudo romper tan pronto su inercia. Al llegar junto a la elipse pareció como que se produjo un eclipse fugaz, y el cuadrilátero se adelantó. Recién después de haber dejado a la elipse muy atrás, pudo detenerse. Pero entonces la elipse reanudó su ritmo con la misma facilidad que lo dejó, Se produjo un nuevo eclipse y el cuadrilátero quedó tras ella a la misma distancia de antes.


VI

La elipse volvió a detenerse. El cuadrilátero volvió a llegar hasta la elipse. El eclipse volvió a ocurrir. Pero fue el último: fue el eclipse eterno. La elipse quedó encerrada entre el cuadrilátero en un vértigo de velocidad. Fueron muy armoniosas las curvas de la elipse entre los ángulos del cuadrilátero y así pasaron todo el tiempo de sus vidas jóvenes. Cuando fueron viejos no se les importó más de la forma y la elipse se volvió una circunferencia encerrada en un triángulo. Marcharon cada vez más lentamente hasta que se detuvieron. Cuando murieron el triángulo desunió sus lados tendiendo a formar una línea horizontal. La circunferencia se abrió, quedó hecha una línea curva y después una recta. Los dos unidos fueron otra línea superpuesta a la que les sirvió de camino. Y así, lentamente se llenó el espacio de muchas líneas horizontales infinitas.
Felisberto Hernández

domingo, 3 de junio de 2012

(Triste sin poder estarlo)

Triste sin poder estarlo
porque no hay motivo,
amén del hecho de vivir:
triste dolor es estar vivo.
Adrián López

sábado, 2 de junio de 2012

(Ha transcurrido la mitad de la mañana)

Ha transcurrido la mitad de la mañana.
Bajando de las montañas
Un lobo fuerte y robusto
Arrancó de un mordisco la mitad de la mañana
Y en su corazón
Ascendió a las colinas, a las tierras salvajes.
Después, todo lloró.
Allá en las colinas, en las tierras salvajes
Hay diversión con lobos alrededor de un fuego
La mañana se entrega a las llamas
Impidiendo que se extinga.


Radovan Karadžić


Nota: traducción propia de una traducción al inglés del serbio.