martes, 17 de julio de 2012

Hasta que no quede cuerda

Se ha agotado el tiempo de dobleces
de verdades a medias.
Ha quedado un rastro
y no sé si eres tú o lo que quise atribuirte.
Quise imaginar gigantes.

Se ha pasado el momento de risas
de conocerse más de la cuenta.
Probablemente debería marcharme ahora
cerrar la puerta antes de que se me olvide algo.
Probablemente podría seguir aquí
dando vueltas,
pero entonces no podría habitarme
y ése no es el orden de las cosas.

Ya no hay juegos de máscaras,
ni juegos de cartas
a doble o nada.
Ya no tengo las ganas suficientes
para romper la cuerda o tirar de ella
hasta que no quede cuerda.

Me sorprende conocer nuevos límites,
pensé ser más allá,
pensé ser más próxima a cada abrazo
y ahora la maleta está vacía
y no pesa
pero tampoco guarda nada de valor.
Quise muchas cosas sin querer quererlas
en un ir y venir de huir y odiarme
de estar sin ser del todo.

Ahora las palmas vacías
hablan por sí solas.
Me falta el tacto
Me faltan besos
Me falta algo…
que no tenía.

Me sobra el tiempo
y la ausencia provocada
de quien busca en el camino opuesto
y se aloja en la casa equivocada
hasta que se hace de día.

A veces parece que era ésa
justo ésa.
Hasta que se abren las ventanas
no quedan más secretos
que un terreno desierto de miradas
de un afecto
que está falto de palabras
y de ganas de decirse
verdades a medias.

Bsoul

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